No me entra en la cabeza cómo tanta gente sigue paralizada por el miedo al qué dirán, a ser juzgada por el rebaño de siempre.
En The Matrix , Morpheus era el villano oficial del sistema. El tipo más peligroso del mundo… ¡porque le mostraba la verdad a la gente!
Y ahí está el mensaje clave: pocos lo entienden.
Mirá, nos suena lógico pensar que si le hablás de libertad a alguien que está esclavizado, va a saltar de alegría, ¿no?
Pero la realidad no es así.
Hoy la esclavitud es mental. Y eso duele más porque ni te das cuenta de que estás preso.
El mejor modo de mantenerte encerrado es hacerte creer que estás libre, o peor: que tu jaula es tu refugio. Que lo conocido, aunque te mate por dentro, es más seguro que lo desconocido.
La verdadera manipulación pasa cuando vos mismo creés que estás despierto, que sos inteligente, que “ya sabés cómo va la vida”, y por eso jamás considerás que tal vez estás siendo controlado.
Ahí es donde ves a todos esos justicieros sociales, que hablan de libertad pero salen a linchar, cancelar o callar a cualquiera que intente romper la rutina.
Sus heridas, su ego, son usados por el sistema como armas. Se vuelven guardianes involuntarios de la Matrix.
Esto es una guerra espiritual, y no la ganás escondido.
Si vos decís que tenés una misión, que querés dejar tu huella…
Y no la cumplís por miedo a lo que digan los demás…
Entonces no estás buscando ayudar. Estás buscando aprobación. O atención.
Tu éxito, tu libertad, no van a llegar si te tragás tu verdad por no perder likes o amistades falsas.
Vas a topar con haters, con NPCs, con agentes Smith, con guerreros del teclado, listos para tirarte mierda apenas tu forma de ver el mundo les haga sentir incómodos.
Así que si tu propósito tiene que ver con evolucionar, con despertar, con ayudar a otros a recuperar su soberanía…
Entendé que vas a molestar. Vas a ser una provocación para mentes atrapadas.
Pero no les ganás con más bronca. No apagás el fuego con fuego.
Tampoco te escondés, porque si lo hacés, no es amor lo que te mueve. Es miedo.
Y hasta donde sé yo… el único camino real…
es el amor.