Me gustas tanto
que te llamaría “Amor”

Me gustas tanto, como para despertar a tu lado cada mañana y que seas tú lo primero que vea en mi cama.

Me gustas tanto como para ir por ese café que muchas veces postergamos y dejamos pendiente, sentarnos a platicar de lo que día a día nos da afán, o de lo que se nos ocurra en el momento, de las cosas cotidianas de la vida, de esas cosas que no le cuentas a nadie, de mis locuras, de tus locuras, de mis errores, de tus aciertos, de mirarnos en silencio, de comernos sin palabras, de no ir tan a prisa ni tan despacio, sólo ir.

Me gustas tanto como para incluirte en mis tardes de sueños, esas en las que sin permiso te metes en ellos, esas en la que en medio del caos del trabajo llegas a mi mente y me robas la sonrisa de repente.

Me gustas tanto como para ir a cenar en la taquerías de la esquina o quizá sentados en algún parque mientras vemos a la gente pasar, o ¿por qué no? en la cocina de mí casa, donde la complicidad nos preparé la cena, donde la noche simplemente nos haga probar; que tentar a la oscuridad también puede tener un hermoso final.

Me gustas tanto como para ir a un bar, escuchar las canciones que en algún momento nos hicieron reír y llorar, cantar a todo pulmón y brindar con whisky o tequila, quemar las heridas del pasado que en algún momento nos hicieron del amor dudar.

Me gustas tanto, como para una noche de perdición, desenfreno, pasión, derroche; sólo que no deseo una noche, porque me gustas tanto que yo te haría el amor de día y de noche…
Porque el día a día sería un motivo más para el corazón f❂llªrte, la razón masturbªrte y bueno, quizás en medio de mi “Caos” encuentres un motivo más para quedarte.

Me gusta tanto, que te llamaría “Amor”
Porque aunque es una palabra manoseada por ahí, es sagrada para mí, a ti te la diría en todo momento al mirarte a los ojos. A tí, y sólo a tí, me ha nacido así llamarte. A tí, y sólo a tí, te llamaría “Amor.”